Era de noche y jamás había estado tan lejos de casa.
Unos minutos antes de que el cielo empezase a clarear, el canto a la oración expandía su eco por toda la ciudad. Tenía miedo, en mi vida me había sentido tan sobrecogida. Era una buena sensación.
Tan diferente y mágico; parecía estar en un mundo paralelo.
Nunca me ha gustado coleccionar sellos en mi pasaporte.Viajar me apasiona, pero también me agota. No quiero sólo ver las cosas, quiero sentir que las he vivido de verdad.
Un buen destino puede quedar en mi paladar por años hasta que lo saboreo y lo digiero y estoy lista para el siguiente. Y así, es más especial…
Si queréis saber más sobre mi experiencia en Turquía, información, consejos…Os recomiendo echar un vistazo a los siguientes artículos:
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https://alhilodelaseda.com/2019/01/09/turquia-en-un-primer-vistazo/
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¿Y vosotros, conocéis la sensación de la que hablo, la habéis vivido?